8 consejos esenciales para disfrutar la sauna seca
Desde la celebración de los partos hasta el punto de concentración para las reuniones de mayor importancia, la sauna seca finlandesa era sin duda el sitio más importante de los pueblos de esta importante nación nórdica.
Hasta día de hoy, en algunos pueblos pequeños es mucho más que un simple anexo destinado a sentirse mejor, y se trata más bien de un auténtico epicentro familiar y comunitario.
A pesar de la gran internacionalización que experimentó la sauna seca a mediados del siglo XX, todavía a día de hoy en Finlandia la costumbre de tomar una sauna va acompañada de una serie de rituales protocolares y pasos indispensables para que la experiencia sea lo más positiva posible y se incremente sus efectos beneficiosos.
Claves para usar la sauna seca en casa
A continuación, les ofreceremos los 8 consejos esenciales para disfrutar la sauna seca y que le ayudarán a magnificar sus extraordinarias bondades. Recuerde que otra genial manera de relajar el cuerpo es mediante un jacuzzi, producto muy ligado al masaje mediante agua.
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Nunca tomar una sesión de sauna con prisas
El primer consejo indispensable es nunca tomar una sesión de sauna apurado. La práctica de la sauna debe de hacerse con mucha tranquilidad, sin ningún tipo de agobios o presiones de tiempo.
La sauna debe de verse como una actividad con su propio horario y tiempo, de lo contrario se estará generando una posible situación de estrés que es altamente nociva; es indispensable que el cuerpo esté relajado.
Para relajar el cuerpo de una manera efectiva se debe de tomar previamente una ducha con agua caliente y jabón, esto además de relajar el cuerpo lo limpia totalmente. También es importante recordar que una sauna no es una práctica de limpieza per se, sino una acción terapéutica/médica que busca purificar el organismo.
Como último paso antes de acceder a la cabina de sauna es recomendable secar bien el cuerpo con una toalla. Existe una “escuela” que asegura que entrar con la piel mojada es ideal para alcanzar la máxima relajación, pero no se recomienda para personas propensas a la irritación.
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Mantener siempre la calma y la postura correcta
Al entrar en la cabina lo más recomendable es posicionarse en los bancos intermedios o superiores en donde se debe de permanecer un máximo aproximado de 15 minutos y mantener todo el tiempo una postura sentada o recostada sobre una toalla.
Esto se hace para evitar que se produzcan quemaduras con los bancos calientes y por una razón de higiene. Se debe de evitar usar el banco inferior porque es un lugar donde se acumula mucho el calor y sobrecarga de manera considerable el corazón.
Sin embargo, si se es un usuario regular y experimentado, se puede comenzar en el banco inferior para conseguir una aclimatación progresiva y luego ir ascendiendo poco a poco al banco intermedio y luego al banco superior.
Si se está comenzando a experimentar la sauna se recomienda mantenerse en el banco intermedio o superior en una postura recostada debido a que el gradiente de calor entre ambos bancos suele ser pronunciado y lo ideal es que el cuerpo mantenga su temperatura corporal estable.
Para los que comienzan con la práctica de la sauna es importante mantener la calma en todo momento, en especial durante los primeros minutos cuando se experimenta la sensación de que no hay aire y se puede sufrir un golpe de calor.
Para evitar este inconveniente siempre se debe de respirar por la boca y mantener la compostura corporal relajada. Por último, hay que recordar que una cabina de sauna no es para hablar ni para estar en movimiento, se debe mantener la calma, el silencio, y permanecer quieto durante toda la sesión.
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Respetar la temperatura y la humedad
Está permitido aumentar la temperatura durante las sesiones, pero cuando se está empezando a usar la sauna y no se tiene la suficiente experiencia es aconsejable mantener la temperatura estable, generalmente entre los 80ºC y los 90ºC. Sólo si se cuenta con la debida experiencia y suficiente práctica se puede elevar más de ahí.
El efecto del calor se comienza a experimentar entre los 8 y los 12 minutos, justo en ese momento cuando la temperatura corporal asciende unos dos grados y el cuerpo empieza a sudar.
De igual modo, si se tiene suficiente experiencia y práctica, se puede subir la humedad de la cabina y así aumentar la sensación de calor vertiendo agua sobre las piedras, pero en el caso de los principiantes esto no es aconsejable porque elevar la humedad en el recinto puede conducirnos a una transpiración ineficiente.
En este punto es imprescindible recordar que la sauna seca no puede estar excesivamente calurosa ni excesivamente seca porque eso dificulta alcanzar una óptima transpiración y el objetivo primario de la sauna es sudar.
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Respetar la duración de las sesiones
El siguiente consejo es sumamente importante: para todos aquellos que están comenzando la costumbre de la sauna se debe de respetar la duración de cada sesión en un máximo aproximado de 15 minutos cada vez.
Si bien esta no es una regla inflexible y se puede llevar las sesiones hasta un máximo de 25 minutos, esto lo determinará únicamente la experiencia de cada usuario, quien poco a poco irá comprobando cuál es la duración idónea para su organismo.
Quienes están empezando nunca deben de excederse los 15 minutos porque se puede sufrir un golpe de calor y terminar deshidratados.
Una vez se comience a experimentar el “agobio”, es decir, la transpiración constante y sin parar, es justo el momento en que se estará sintiendo los efectos beneficiosos de la sauna porque el cuerpo se estará liberando de las toxinas e impurezas de la piel.
Al experimentar el “agobio” es el momento de abandonar la cabina. Es muy importante saber determinar este momento porque si se sale antes del agobio, o sobrepasado el agobio, los efectos beneficiosos disminuirán. Tiene que ser en el punto exacto y eso lo dará la experiencia.
Por último, antes de abandonar la cabina es aconsejable mantenerse sentados por espacio de un par de minutos, levantarse suavemente y luego salir despacio y manteniendo la misma respiración.
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Aplicar de manera adecuada los períodos de enfriamiento
Una vez fuera de la sauna es cuando se inicia el período de enfriamiento. Manteniendo la misma calma y la misma respiración se comienza a enfriar el cuerpo aplicando una ducha con agua fría, primero por los pies y luego en ascenso hasta el centro del cuerpo.
El objetivo de esta ducha fría es refrigerar el cuerpo ya que el marcado contraste de temperaturas produce que la circulación sanguínea aumente sobre el cuerpo iniciando, así, otro proceso muy beneficioso porque el corazón bombea más deprisa y se experimenta vigor.
También existen otras formas de alcanzar la refrigeración corporal, una de ellas es tomar un baño inmersivo o en su defecto alcanzar la refrigeración por medio del aire, esta última muy aconsejable para los adultos mayores o de la tercera edad.
Si bien es positivo realizar baños inmersivos en agua fría hay que tener mucho cuidado porque no es recomendable pasar de una manera brusca de una cabina de sauna caliente a un ambiente directamente frío. Por ello, fuera de la cabina se debe de mantener una temperatura ambiente templada, evitando de este modo un impacto térmico.
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Descansar de la manera correcta
Un error común entre los principiantes una vez concluido el proceso de enfriamiento es tomar los períodos de descanso de una manera brusca, ejercitando el cuerpo o hablando en exceso lo cual conduce al abandono de una postura relajada.
La forma correcta de descansar entre sesión y sesión es mantenerse igual de relajado durante períodos que varían entre los 10 y 15 minutos en los que se puede caminar a paso lento sin apurarse, broncearse o aplicarse un masaje relajante.
También es recomendable aplicarse un baño de pies con agua caliente y de ser posible permanecer todo ese tiempo al aire libre. Si bien se recomienda beber abundante agua entre sesión y sesión está terminantemente prohibido beber bebidas alcohólicas antes o durante las sesiones.
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Nunca exceder las sesiones
Una vez terminado el período de enfriamiento y descanso, el usuario se debe de someter a una segunda y tercera sesión con la misma duración de tiempo en las sesiones, enfriamiento y descanso.
Es muy importante nunca exceder más de tres sesiones ya que es excesivo para el organismo, y en lugar de liberar las toxinas e impurezas, lo que se terminará logrando es fatigar en exceso el cuerpo o incluso debilitarlo.
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Concluir el proceso de la manera adecuada
Al igual que nunca se debe de comenzar una sesión de sauna con prisas, tampoco se puede concluir una sesión de sauna apurado.
Una vez concluido el último enfriamiento, el usuario debe esperar pacientemente a que el cuerpo haya terminado de transpirar para poder vestirse, no antes, ya que de hacerlo apurado la transpiración reiniciará y el usuario podría correr el riesgo de descompensarse y marearse.
Cuando se haya vestido se puede beber una bebida refrescante en sorbos cortos y no cometer el error de beber rápidamente. Como última recomendación no se debe de comer de forma pesada al salir de la sauna, lo ideal es una comida balanceada, pero ligera.